Me formé como como entrenador en las categorías inferiores del Cáceres C.B., pero sobre todo en la Federación Extremeña trabajando con las Selecciones Autonómicas en los Campeonatos de España. Tras pasar por todas las categorías de formación, y también por la 1ª Nacional de Extremadura, pasé por la liga EBA como entrenador ayudante en el Trujillo Destino Turístico. Después me vine a vivir a Madrid y, antes de llegar a Arganda (esta es ya mi cuarta temporada en este club), estuve dos temporadas en el 1ª Nacional de San Agustín del Guadalix.
- ¿Cómo afrontas la nueva temporada?
Con muchas ganas, como todos los retos interesantes en la vida. Para mi es ilusionante tener la “obligación” de situar a Arganda en el mapa del baloncesto madrileño, y a la vez más ilusionante si cabe es el objetivo de intentar hacer un poquito mejores a los jugadores con los que trabajo.
- ¿Cómo ves al equipo?
Hay una palabra que, desde mi punto de vista, define a este equipo por encima de todo: HAMBRE. Hay ganas de entrenar fuerte, ganas de hacer un grupo humano y deportivo unido, y, sobre todo, hay ganas de intentar competir al máximo de nuestras posibilidades. Con estos ingredientes, la base es más que sólida para poder crecer individual y colectivamente.
- El año pasado, el equipo consiguió llegar a playoffs. ¿Qué esperas de este nuevo año?
Sin duda, el listón está muy alto en cuanto a la superación de los resultados de la temporada pasada. De inicio, no tomamos este resultado como referencia para intentar superarlo, sino que nuestro primer objetivo será trabajar cada entrenamiento y cada partido para superarnos a nosotros mismos, y el transcurso de la temporada ya nos irá diciendo a lo que podemos aspirar. De la misma forma, hay equipos, como nosotros, que sufren este año una transformación en cuanto a sus integrantes, con lo cual hay muchas incógnitas por resolver en el inicio de la temporada.
- Os ha tocado un grupo duro “a priori” y tienes un equipo muy jovencito. ¿Crees que podrán dar la sorpresa?
Poniéndome un poco filosófico (otros lo llaman romanticismo), no creo mucho en las sorpresas, y sí en el trabajo diario. Cuando un equipo trabaja y se esfuerza por ser mejor cada día, las sorpresas no lo son tanto. Sí tengo clara una cosa: vamos a dar mucha guerra.
- Preséntanos brevemente al equipo
Tenemos dos bases que pueden ser complementarios, con Oliver organizando el juego y poniendo la cabeza necesaria, y con Arenas buscando esa inyección de adrenalina que todos los equipos necesitan en algún momento.
En posiciones exteriores, mezclamos juventud con veteranía. Santi pondrá toda su experiencia al servicio del equipo (y algún punto más); Carlos y Dani Carrón tienen que dar un paso adelante este año y estoy seguro de que podrán aportar cosas que ni ellos mismos creen que pueden aportar. Pedro llega para aportar no sólo centímetros en el perímetro, sino también amenaza en el tiro exterior, rebote y defensa.
Por dentro, la mejor definición es polivalencia. A Gonzalo lo conocemos de sobra (y toda la liga), y sabemos que es nuestra pieza clave en el juego ofensivo, ya que su gran calidad le permite anotar tanto jugando cerca del aro como de cara desde el perímetro. Dani seguirá con su aportación de puntos y rebotes y esperamos de él minutos de calidad tanto de 4 como de 3. Otro que tiene que dar un paso al frente es Miguel, tras un año de experiencia en la categoría, ya que su peso en el equipo aumenta este año. Gabri tiene la misión de olvidarse cuanto antes de que es sub21 y que su aportación en el juego va a ser sumamente importante, ya que tiene calidad para sumar en varias facetas del juego, pero con la paciencia de tener que ir aprendiendo de la categoría. Dinais compaginará entrenos y partidos con el equipo Sub21, pero se espera de él que quiera dar ese salto de calidad y convertirse en el jugador de baloncesto que todos esperamos para hacerse desde ya con un hueco en 1ª Nacional.
Sin olvidarnos de los hermanos Haro, Jaime y Raúl, que vendrán del Sub21 para aprovechar todas las oportunidades que se les presenten y para que ningún jugador del primer equipo se duerma, ya que vienen con ganas y calidad de sobra.
- Tienes dos ayudantes este año, Paco y Yiyi, y al preparador físico Carlos. Preséntanoslos.
Desde el punto de vista de director técnico, es una lógica aplastante dentro de la filosofía que queremos seguir en el club. Paco es el entrenador con mayor recorrido y experiencia del club, y Yiyi es el de mayor proyección por su actitud y sus ganas de aprender constantemente. Paco aportará el aplomo necesario en momentos de máxima tensión, además de su experiencia, que le permitirá anticiparse y llegar a las cosas a las que no llegue yo; y Yiyi pondrá toda esa energía que tiene para mantener la intensidad del trabajo y estar en el equipo le permitirá subir un peldaño más en su formación como entrenador.
¡Y qué decir del prepa Carlos! Verdaderamente es el alma del equipo, el que nos hace estar a tope no sólo físicamente, sino también anímicamente. Su experiencia con equipos de élite obviamente avala su capacidad como preparador físico, pero además su calidad humana está por encima de su calidad profesional, lo que ayuda enormemente al funcionamiento del equipo.
- Este año compaginas la dirección deportiva masculina y entrenador del primer equipo, ¿cómo lo llevas?
La verdad es que mentiría si dijera que sin problema (jeje), ya que son dos facetas sumamente exigentes, pero el hecho de trabajar en ello en exclusiva me permite tener el tiempo suficiente para poder compaginarlo. La temporada pasada me sirvió para tener más controlado todo en lo referente a la dirección técnica, con lo cual el inicio de esta está siendo más fluido, aunque siempre surgen complicaciones como es normal. Sin duda, tener el cuerpo técnico y directivo que tengo en el club facilita muchísimo las cosas, ya que funcionamos como un equipo y vamos todos en la misma dirección, lo cual es fundamental en cualquier club, así como el hecho de dejar a un lado los egos personales en favor del club.
- Defínete como entrenador
Siempre he pensado que quien mejor puede definir a un entrenador son sus jugadores, pero básicamente me considero un entrenador exigente y fiel a sus principios. Soy muy exigente en cuanto a que los jugadores siempre den su máximo nivel y en cuanto al trabajo de los pequeños detalles, algo especialmente fundamental para mi.
Entiendo que mi trabajo como entrenador se debe centrar hacer mejores a los jugadores a los que entreno, y a la vez que esa mejora repercuta en el crecimiento del equipo y de su nivel competitivo. Está claro que a todos nos gusta ganar, y no creo que nadie entrene y se prepare para perder, pero hay veces que el esfuerzo y la mejora son una victoria en sí mismos. Como entrenador, intento siempre no sacrificar estos elementos con el objetivo de conseguir un resultado, ya que desde mi punto de vista hay resultados que no justifican el traicionar tus principios, sean mejores o peores, pero tuyos al fin y al cabo.
